A mediados del siglo XIX, el señor Wenceslao Cestero poseía una hacienda llamada "La vega de los macorisanos" donde se fabricaba ron en los terrenos de lo que hoy se conoce como sector Porvenir. Al iniciarse la "fiebre" de instalación de ingenios azucareros, el señor Cestero se convirtió en colono. El ingenio Porvenir fue instalado en 1879 por el cubano Santiago Mellor.
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